La plataforma podemita en Cataluña se apunta al nacionalismo más rancio.
Podemos en Cataluña (y sus múltiples sopas de letras con las que se ha presentado hasta ahora a las distintas elecciones) es un ejemplo de libro de cómo la incomprensión de lo que supone el nacionalismo, y en consecuencia la carencia de una alternativa, condenan a una formación política que aspiraba a cambiar el statu quo a consolidar la peor y más casposa política de la casta.
Podemos levantó grandes expectativas entre muchos catalanes hartos de la casta nacionalista, una casta corrupta que ha estafado a todos los catalanes y que ha sembrado odio, injusticia y división entre nosotros. Sus primeros escarceos por tierras catalanas, con aquel mitin de Pablo Iglesias en el pabellón polideportivo del Valle Hebrón, fueron acogidos con esperanza. Pero el tiempo es un juez implacable y todas aquellas esperanzas se han ido diluyendo.
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