
Algún día, en un futuro, esperamos que con objetividad y cierta frialdad, el procés será estudiado por historiadores, politólogos y sociólogos. Ahora, pero, quizá sería más conveniente que se convocara urgentemente a cuatro o cinco mil psiquiatras y se dispersaran por el territorio catalán a fin de tratar a ciertos personajes que han asomado la patita. Un servidor pensaba que los frikis políticos eran cosa exclusiva de las fuerzas nacionales, pero que va. Resulta que teníamos por aquí una capa freática de frikis, oculta bajo la superficie, que necesitaba un pequeño empujoncito para sacar la cabeza, igual que el caracol necesita el agua o la humedad para salir de casa.

De repente, hemos descubierto personas que parecían normales metidas en jaulas que simulan celdas; señoras disfrazadas de lazo amarillo; tertulianas de Tele 5 separatistas; iluminados que escriben libros de historia o dan…