Yo no soy un tesoro
“En el humo del tabaco hay arsénico y benceno y cientos de sustancias dañinas” -dicen.
Es cierto. Y también las hay en el agua y en el vino y en cualquier cosa que uno come. Pero la concentración es tan baja que todo resulta inofensivo.
También en nuestra sangre hay algo de oro. Incluso en la mía. Eso no me convierte en un tesoro.

Por cierto, los piratas son los malos eh. No eran tan simpáticos.